lunes, 26 de septiembre de 2011

mis cRóNik´s... nueva edición... .:001:.

La Alegoría del Carruaje

Un día de octubre, una voz familiar en el telefono me dice:

Sali a la calle que hay un regalo para vos.

Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy “chic”. Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana bordó y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más.

Entonces miro por la ventana y veo “el paisaje”: de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: “¡Qué bárbaro este regalo! Qué bien, qué lindo...” Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación.

Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo.

Me pregunto: “¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?” Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada.

De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome:

- ¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo?

Yo pongo cara de qué-le-falta mientras miro las alfombras y los tapizados

- Le faltan los caballos – me dice antes que llegue a preguntarle.

Por eso veo siempre lo mismo –pienso-, por eso me parece aburrido...

-Cierto –digo yo.

Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro grito:

-¡¡Eaaaa!!

El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende.

Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una rajadura en uno de los laterales.

Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos.

Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren.

Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso.

Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve.

En ese momento, veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto:

-¡Qé me hizo!

Me grita:

-¡Te falta el cochero!

-¡Ah! –digo yo.

Con gran dificultad y con su ayuda, sofreno los caballos y decido contratar a un cochero. A los pocos dias asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento. Me parece que ahora si estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo. Me acomodo, asomo a cabeza y le indico al cochero adónde quiero ir.

Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta.

Yo... Yo disfruto del viaje.

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Nuestro regalo, el carruaje: nuestro cuerpo

Los caballos: nuestros deseos

El cochero: nuestro intelecto

Vos sos el carruaje, sos los caballos y sos el cochero durante todo el camino, que es tu propia vida. La armonía deberás construirla con todas estas partes, cuidando de no dejar de ocuparte de ninguno de estos tres protagonistas.

*recorriendo el camino andado, y todos los recursos a los que he acudido.. refresco esta osadía.. mis cRóNik´s.. y elijo compartirlas una vez más.. con el mismo sentido de entonces, de siempre, el de aprender, compartir, aprender... y a-pre-hen-der, hacerlo propio... cada cual sus subjetividades.. sus situaciones.. tiempos y formas.. eso que hace a nuestra identidad. (N.d.A.)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

domingo, 4 de septiembre de 2011

..de tiempos y formas.. las cosas que hieren!

que ironía es tu discurso que se abarata en dos gestos..

tus recursos que parecían sublimes.. hoy de tangibles se hacen comunes..

lo que duele es el maltrato.. el abuso.. que de noble se mutó en malintencionado...

que nefasto es sorprendernos por las mismas cosas que padecemos...

que paupérrimo y de humanos es sentir que la razón domina el corazón...

que triste es el recuerdo pisoteado..

el presente manipulado..

y el futuro desacomodado...

...

que bronca esta imberbe lógica que intenta justificarte...

que dolor esta herida, que para mi ya cicatriza, pero que latente sabré siempre..

que baratas las formas..que quieren excusar a los tiempos.. y se hacen tan banales..

...

y es eso lo que me agota, me desploma, me desgana.. pensar que en la misma estratósfera coexistimos naturalizando estos modos.. estos tiempos.. estas no coincidencias... y estas ganas de hacernos mal..